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En busca del coral

El documental En busca del coral, estrenado por Netflix, inicia apropiadamente con imágenes de corales: agrupaciones de varios tamaños y formas, todas ellas maravillosas, con un despliegue de colores tan vivos que parecen vibrar. Otras formaciones son un híbrido uniforme morado, verde y gris. No se trata de coral invisible al ojo humano ni de coral camuflado. Es coral muerto, y eso es un problema.

La primera voz que escuchamos es la de Richard Vevers, un buzo veterano y entusiasta del océano. Recuerda los años que pasó en una agencia de publicidad de Londres; que era bueno en su trabajo, pero lo que estaba haciendo allí era trivial. Decidió aplicar las habilidades comunicativas que había aprendido durante su vida profesional y creó una compañía para explorar los océanos del mundo , también creó “buceos virtuales” a través de sitios web con cámaras especiales.

La historia de una persona que deja el mundo corporativo y pone toda su energía en algo que está de moda no es nueva. Sin embargo, Vevers se alarmó por algo que observó dentro de su nuevo trabajo: “el blanqueamiento del coral” y su subsecuente muerte, un fenómeno ocasionado por un aumento de un grado Celsius en la temperatura del agua. Los resultados no son visualmente desagradables, pero son una catástrofe ecológica.

Vevers no fue el primero en notarlo. Un científico climatológico, quien advirtió al mundo sobre el blanqueamiento del coral a principios de los años noventa, recuerda cómo lo tacharon de alarmista. Sin embargo, Vevers se convenció de que debía documentar el fenómeno, lo que convierte al documental en una historia de suspenso científico, de un grupo de gente que prepara el equipo necesario y se dirige a los arrecifes de todo el mundo para registrar el daño en imágenes.

Si no tienes conocimientos sobre biología marina, el coral te parecerá una forma inusual de vida vegetal. No lo es. Es vida animal y esta película documental ofrece una buena explicación sobre cómo funciona. Las fotografías con lentes macro de pólipos corales, que sobresalen por miles de las formaciones coralinas, produce imágenes asombrosas que no se ven ni en el cine de ciencia ficción. No obstante, esto es parte de nuestro mundo real. El documental En busca del coral abrirá los ojos de muchos aficionados que desconocen este mundo natural.

La acuariofilia tiene mucho que decir al respecto de la conservación de estos entornos con su oferta de productos para desarrollar esta afición.

En busca del coral

 

 

Con su explicación en » En busca del coral » sobre la manera en que se alimenta el coral y sobre cómo otras formas de vida marina se alimentan de él o en sus alrededores, el documental nos hace comprender que también los humanos dependemos del coral. De esta forma, hace que nos preocupemos por las cantidades de coral que están muriendo, puesto que lo que está en riesgo es mucho más que una atracción increíble para turistas que bucean.

En el documental de 2012 Chasing Ice, el director Jeff Orlowski siguió a un fotógrafo de National Geographic en un proyecto para documentar la manera en que el cambio climático estaba afectando los glaciares árticos. Vevers se puso en contacto con Orlowski, quien accedió a realizar la filmación para narrar la crónica de la crisis del coral. Con un título similar, En busca del coral (Chasing coral) es como una secuencia del documental sobre el hielo.

“No habíamos planeado hacer una serie”, dijo Orlowski en una entrevista telefónica sobre En busca del coral. “Hacer Chasing Ice realmente me abrió los ojos en cuanto a la emergencia que supone el cambio climático, y esto parecía una oportunidad para contar una nueva historia, que además tenía un aspecto visual muy distinto”.

 

 

La película En busca del coral cuenta con otras personalidades interesantes. Está Ruth Gates del Instituto de Biología Marina de Hawái, quien ayuda a Vevers a conceptualizar el montaje de las cámaras rápidas en arrecifes durante meses.

También está John Veron, un explorador de arrecifes australiano conocido como Charlie, un personaje célebre del movimiento activista. Zackery Rago, un técnico de una compañía que está desarrollando una cámara especial, es un autodenominado “nerd del coral” que se apunta para hacer la crónica del blanqueamiento de la Gran Barrera de Coral australiana.

Lo que atestigua allí, y sus reacciones ante los hechos, dan a la película un tono emotivo. Zackery además practica la acuariofilia, una práctica que nos ha permitido aprender ex-situ acerca de miles de especies e incluso salvar la vida de algunas especies que de no estar en cautiverio hubieran desaparecido debido a la destrucción de su hábitat natural.

En un momento dado, los miembros del equipo de En busca del coral de Vevers tienen que trabajar desde una embarcación que también es un restaurante flotante. Forzados a sumergirse a diario para registrar manualmente el proceso del blanqueado (un cambio de lugar de último minuto restringió el uso de cámaras estáticas instaladas), los investigadores tuvieron que compartir cubierta con grupos de gente que festejaban, totalmente ajenos al desastre ecológico que estaba sucediendo debajo de ellos.

“Fue una coincidencia que la embarcación atracara justo encima de un sitio coralino en Nueva Caledonia, y nos daba un acceso muy bueno; podíamos simplemente tomar un barco hacia allí todos los días”, dijo Orlowski. “Las tomas de los asistentes a la fiesta fueron captadas por casualidad por uno de los cinematógrafos: Andrew Ackerman. Vimos la ironía del momento solo en retrospectiva”.

A diferencia de The Age of Consequences, un documental reciente sobre el cambio climático que mira la crisis desde una perspectiva militar, En busca del coral, aunque da estadísticas desalentadoras, termina con varios mensajes de esperanza y pone al día a los espectadores sobre el gran trabajo que Vevers y otros realizan.

“Estamos documentando la muerte de nuestro planeta”, me dijo Orlowski. “Nunca va a ser más barato reparar el daño que se ha hecho. Soy optimista de manera cautelosa, en gran medida por los cambios tecnológicos y los cambios de mentalidad. Los jóvenes lo entienden, el público global lo entiende e, internacionalmente, las fuerzas corporativas, citadinas y municipales lo entienden. Hay un problema, sabemos qué lo causa, sabemos cuáles son las soluciones y estamos en un momento crítico para aceptar esas soluciones”. En busca del coral.